Aunque no soy amigo de definiciones, siempre me ha gustado por su sencillez la que Charles Du Bos da de la literatura. Es ésta: “lugar de encuentro de dos almas”. ¿Qué más se puede añadir?

Importa subrayar la palabra encuentro. Para que él ocurra se requiere la apertura del escuchar, que siendo un acto natural tanto les cuesta a los seres humanos. La verdad es que siempre estamos predispuestos en pro o en contra, rara vez despojados de opiniones, porque somos juzgadores incurables. A los estudiantes les suelo recomendar que no anden armados por la vida –alertas sí–, que bajen la guardia, que pongan a un lado la lanza, el escudo y la celada, y se apresten a escuchar todo, que sean receptivos. Me parece una manera de romper nuestro autismo sonambúlico. Dice Antonio Machado: 

Entre vivir y soñar
está lo que más importa:
despertar.

Pero ¿qué entendería Machado por despertar? Me imagino, si recuerdo bien a su Juan de Mairena, profesor también como él, que significaría no ser excesivamente afirmativo, no estar demasiado seguro, no abroquelarse tras una idea, precondición de la receptividad y del inquirir al lenguaje. Lo opuesto precisamente al fanatismo. El que exhorta a despertar entiende a su modo el sentido de esta palabra, que parece acompañada de un aura mágica, y el cual depende de la posición del exhortador, la que a su vez depende de su formación. Podemos conjeturar sin mayor esfuerzo ni imprecisión lo que el Papa entiende por despertar. Lo que intento decir es que prefiero la dubitante postura de Machado a la inamovible seguridad del que posee una creencia (o más bien es poseído por ella). El despertar en el místico tiene otro carácter: es una experiencia.

Sé que también yo a veces me extralimito y puedo caer en la tentación de decirles a los estudiantes que despierten, sin poder aclarar mucho, porque he pasado parte de mi vida tratando de averiguar qué es eso de despertar y aún carezco de certidumbre al respecto; así que sólo puedo hablar desde mis limitaciones, pero en todo caso no tiene que ver con violencias. En mí esa palabra se asocia con un sentimiento de valoración, de que todo es importante, lo cual deja poco margen para el desdén. Tiene que ver con el aprecio hacia el otro, más allá de las barreras simbólicas. Tiene que ver con el presente, con la atención, con un percatarse de las sensaciones. Tiene que ver con lo extraordinario de lo ordinario, con el misterio, con la capacidad negativa de Keats, y no sé hasta qué punto soy fiel a todo esto, que poco vale como idea o credo o programa, que vale realmente como encarnación.

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© Rafael Cadenas


En torno al lenguaje (1984). Caracas: imprenta universitaria Universidad Central de Venezuela.





En torno al lenguaje(1985). Caracas: Dirección de Cultura - UCV
Portada: Facultad de Arquitectura







En torno al lenguaje (1985). Caracas: Dirección de Cultura - UCV




En torno al lenguaje (1986).Caracas: Facultad de Arquitectura y Urbanismo UCV.





En torno al lenguaje (1994). Caracas: Universidad Central de Venezuela.




En torno al lenguaje(2002).  Caracas: Monte Ávila Editores.



En torno al lenguaje (2009).
Caracas: Otero Ediciones.